Estamos ya en fechas pre-navideñas y casi ni nos damos cuenta de que aún es otoño. Las estampas nevadas, los villancicos y los regalos se acercan a toda prisa. Así es desde que tenemos memoria. Pero alto: paremos un momento para despedir al otoño que está a punto de irse y recordar a una de sus mas extraordinarias flores, el azafrán. El azafrán florece en otoño y da color al campo antes de que lleguen las primeras heladas.
Nuestro socio Daniel Grau nos cuenta que a principios de noviembre tuvo lugar la floración anual del azafrán en los terrenos que cultiva en Estaña siguiendo la cultura de lo hecho a mano por completo, sin el uso de fertilizantes ni pesticidas y de forma 100 % natural.
Tanto la siembra, la recogida de las flores, como la poda se realiza de forma totalmente manual. Es un proceso muy laborioso ya que cada flor produce tres hebras que hay que separar con mucho cuidado del resto de la flor. Son necesarias 150 flores para conseguir un gramo de azafrán. La cosecha de este año ha sido de 480 gramos. Puede parecer muy poco pero se trata de un gran tesoro. El secado de las hebras de azafrán también se hace de forma natural, acercando los pistilos al calor del fuego de la chimenea.
Aún tendremos que esperar unos meses para disfrutar de la cosecha de azafrán de Estaña de 2015 ya que, después del secado, debe reposar para concentrar el aceite esencial, que es el responsable de su delicado aroma.